claridad

no supera el respiro, aquella sutileza del roce de tu cuerpo con el mio.

nadie sabe lo que sabe este amor sin el encuentro.

deslizando entre tu rostro mis labios secos de humedad interna.

un reflejo que se hace linea abierta desde la profundidad del mar.

comienzan a despertarse los rayos de esa luz como una flor que va creciendo cada segundo.

me deslizo en el agua, trasladandome entre tu claridad y la mia.

la pureza de esa produnda luz se vive sintiendo, sin pensar, solo sintiendo.

No lo soñe

no lo soñe, yo estuve ahi. lo se. nunca pude ver la luz que rodeaba ese ser, mi ser. cada instante de mi luz se transforma. cada perdida de caudal se baja. no lo soñe. juro que no lo soñe, yo estuve ahi. porque ahora aqui?. porqué el sufrir?. porqué otra vez lo permiti?. si sabia hacia donde iba. maldito destino que me interpelaste antes del nacer. maldito lacan y mi super yo. maldita familia que me hace perder mi sueño. manifiesto de odio escuche por ahi. pero yo no lo soñe, yo estuve ahi. te aseguro que estuve ahi. te aseguro que fue así.
nada ni nadie lo ve. nada lo puede desenvolver. nada es para siempre. claro que no. quién lo penso?. pero yo estuve ahi y no lo soñe, se los puedo asegurar. si lo quieren averiguar tengo pruebas, personas que me acompañaron. almas que vieron mi mismo destino reflejado en el de ellas. no lo soñe, yo estuve ahi. pero, porqué ahora aqui?, otra vez aqui.
es que acaso no aprendí?. no lo soñe, yo se que estuve ahi. no lo soñe se los puedo asegurar.

Aprendì!

Cuando se habla de ideología, aprendí a callar.
Porque también aprendì, que la mayoría de las personas no piensan como yo.
Antes peleaba por darle mayor valor a mi discurso, apelando a un alto capital simbólico dentro del campo en que me movía. Ahora, aprendí a callar.
Porque, son pocos los que comprenden ese mensaje.
Porque me siento fuera de lo que rige la sociedad, o al menos pretendo estarlo.
Porque explicar el sentido social y humanista parece ser dificil de razonar, ante el ser individual.
Aprendí a callar los deseos utópicos que me vienen de no se donde. Desde mis entrañas latinas con esa mezcla desendiente de la europa hispana, debe ser.
Aprendí a callar y no mostrarme apasionada cuando me siento identificada con algún poeta loco de los años 70.
Si, señores!. Aprendí a callar.
Aprendí a callar, pero conocí aquel lugar en donde América es todavía revolucionaria.
Aprendí a callar, pero sali a golpear mis cacerolas cuando el pueblo se levanto en el 2001.
Aprendí a callar, pero profesé mi más sentido de protesta y recuerdo activo en cada marcha del 24 de marzo.

Aprendí a callar, pero festejé en diciembre del 2006 el fin de la existencia de uno de los personajes más nefastos de la historia Chilena.

Aprendí a callar, pero quiero recorrer cada uno de los pueblos. Quiero, no perder la cordura sobre el resultado que provoca este estilo social en cada rincòn de América Latina.
Y aunque me cueste verlo, no les puedo negar, en este tiempo aprendì a callar.