Caminando por el camino equivocado, una mañana, se encontró con un ave.
Al cruzarse, el pájaro lo miro y le consulto donde estaba el lugar indicado para poder volar.
_En tu cabeza, él pensó y siguió caminando sin contestarle.
Tiempo después volvieron a verse. El pájaro lo miro desde arriba sobre volándolo y le chisto suavemente:
_ Aquí estoy volando, le dijo! Y mírate a ti, sigues caminando por ese camino que no te conduce a ningún lugar. Porque lo haces? Porque no vuelas, mi buen amigo? He hallado la forma de volar lejos, encontré el lugar indicado y aunque tú no me dijiste cual era, me ayudaste a pensar.
Es que aquella mañana, pude ver tu sufrimiento en tu cuerpo, tan instalado, tan penetrado, tan sentido.
Y supe lo que pensaste, pero no quisiste decirlo. No quisiste nombrarlo, no quisiste saberlo. No quisiste sentir que tú también podías dejar ese camino y echarte a volar por las alturas.
Mi querido amigo tu has sido mi ejemplo. Me has mostrado a donde no quiero llegar, lo que no quiero ser y de que manera podría acercarme para transitar el camino que me haga lograr mi ansiado sueño.
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