28/10/08

Nicoya

Y cuando bailabamos a orillas del mar, veia tus ojos sonreir frente al reflejo del sol que caìa en el agua.
El atardecer se transformaba en el calor de la felicidad girando entre nuestros cuerpos que parecian extenderse el uno con el otro.
Tu mirada mostraba la luz, mi sonrisa se acomodaba en la tuya. Todo era esfimero pero eterno, todo parecia imposible pero era real.
Lejos del mundo, lejos de nuestro mundo estabamos juntos, el cielo parecia haberse conspirado con las estrellas para que de a poco llegue la noche y nos encuentre juntos arrojados en la arena.
Como 2 niños con un nuevo juego, como 2 principiantes del camino, queriamos correr, ir de prisa, disfrutar cada segundo como si fuera el ùltimo.
Nunca supimos cuanto iba a durar, si la arena se escurriria de nuestras manos o si el mar seguiria creciendo como todas las noches.
Y seguimos bailando, mientras todos pasaban, bailabamos solos sin nadie al rededor, bailabamos antes y despues, de dìa y de noche. Bailabamos juntos, girabamos y reiamos, no dejabamos de bailar.

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