Desde la inmensa rutina

Bajo esa inmensa rutina, esa que te hace despertar cada mañana en el mismo lugar.
Cada momento que tiende a repetirse continuamente, como si fuera un fluido constante que no se puede cortar. Pero sì! Si lo podemos cortar. Todavía podemos decidir nuestro mañana. Podemos pensar en nuestro presente. No todo esta “tan” configurado.
Los esquemas se rompen, las barreras se quiebran. Lo viejo suena joven y los continuos se transforman en micro partículas chiquititas que se despliegan como opciones para elegir, para evaluar y para analizar.
Nadie sabe cómo será su mañana, nadie quiere arriesgarse a saberlo. Todos tienen posibilidad de modificarlo. Todos quieren ver un nuevo esquema para formar algo que no este escrito, algo que cada uno pueda escribir.