14/3/09

Más preguntas que respuestas

Tiempo atrás, decidí dejar de frecuentar aquellas viejas costumbres que no hacían más que dañarme enormemente. Fui descubriendo lentamente el placer de disfrutar de esas pequeñas cosas que la vida nos regala a diario y difícilmente podemos observar.
Aprendí que el color del cielo es mucho más que celeste, que algunos hombres luchan por sus sueños, por más pequeños que estos sean.
Que la mayoría de los genios son infelices. Que la verdad no es más que una simple construcción social. Que ese acuerdo social, hace regir la felicidad de algunos y la tristeza de muchos. Que los planos no son solo opuestos, que hay una extensa gama de colores entre el blanco y el negro.
Cada uno puede verse distinto según las ganas que tenga de cambiar, no siempre todo es para siempre y nunca se acaba el siempre de algunos.
En todos los momentos algo se puede aprender, de todas las personas algo te va a llegar y te demuestra que todavía SOS humano, que no estas tan lejos de aquella tarde de sábado con tus amigos.
Esa nave espacial que te viene a buscar todas las mañanas, es la misma que te devuelve cada tarde a tu cama, a tu cotidianidad. Cuando te levantas, te ves tan grande después de ese viaje, que es difícil entender como volves al día a día.
Te preguntás, cómo podes encontrarte desde el mas allá con aquellas almas que conociste en este sitio. En este que es común a todos, que no es lejano y que no se sabe hacia donde se va.
Ese que parece ser conocido pero que todavía te falta tanto camino recorrer, te falta conocer.
Y en los augurios de la soledad, encontras más preguntas que respuestas, porque esa nave no te deja descansar y así es el viaje. Te agotas y necesitas volver a descansar , pero en el fondo sabes cual es el lugar común que te va a estar esperando.

1 comentario:

Oroná dijo...

Muchas gracias por los comentarios. Leí algo de por aquí. Muy interesante, por cierto. Alguna cosa le he retrucado. Disculpe la insolencia.